Para aquellos que han seguido mis status de Facebook no es desconocido que he estado leyendo el libro Una Iglesia conforme al corazón de Dios, escrito por el pastor Miguel Núñez. Debo decir que la respuesta a los estados, tanto en Instagram como en Facebook me ha sorprendido grandemente. Muchos de ustedes me preguntaban por el libro, y compartían los estados. ¡Gracias por eso, porque de eso se trata: Llevar una perspectiva bíblica! De libros de eclesiología, ni de la rama como tal, sé algo. Por cierto, este es el primer libro que leo acerca del tema. Habiendo dicho eso, creo que sería útil brindar dos definiciones:
eclesiología: Área de la teología concerniente al estudio de la iglesia (derivada de la palabra griega ekklesia, “iglesia”). La eclesiología trata de determinar y presentar la naturaleza y función de la iglesia. También investiga temas como la misión, el ministerio y la estructura de la iglesia, como así también su papel en el plan total de Dios. (Grenz et al., Términos Teológicos: Diccionario de bolsillo, 42)
teología: Viene de las palabras griegas, theos (“Dios”) y logos (“palabra”); por lo tanto, es una palabra o explicación sobre Dios. Teología se toma usualmente en el sentido más amplio para dar a entender todo el alcance de las doctrinas cristianas. (Enns, Compendio Portavoz de Teología, 708).
Estas definiciones nos permiten ubicarnos en el tema que buscamos tocar de forma superficial, ya que el presente artículo es más bien una recomendación de lectura.
Antes de considerar el contenido del libro, es necesario señalar la triste realidad en la que vivimos hoy como Iglesia. La forma de hacer iglesia hoy día no es bíblica, sino que descansa en la sabiduría humana. Es por esto que viviendo en un país con tantos templos pareciera que vivimos en un país sin iglesia. La triste realidad de la iglesia hace pertinente libros como éste, centrados en la Palabra de Dios. Miguel resume la situación de la iglesia de la siguiente manera:
Si Dios no es el centro de su iglesia, el hombre pasará a serlo; si su Palabra no es sobre lo que ha de descansar nuestra evangelización, nuestros métodos y estrategias lo serán; si el Espíritu de Dios no ha de ser el poder por medio del cual hacemos crecer la iglesia, la sabiduría del hombre ocupará su lugar. (36)
El contenido del libro está dividido en cuatro partes: La Iglesia y su función en el mundo, La Iglesia de nuestros días, Cómo sanar la Iglesia de hoy, y La Iglesia y su liderazgo. De la primera parte, mi capítulo favorito lo es el tercero, titulado Disciplina y santidad de la Iglesia.
La iglesia que no disciplina a sus miembros no los está amando ni los está considerando como a hijos legítimos, sino como a bastardos… Cuando las iglesias ven a sus miembros simplemente como cabezas que contar, como visitantes, o como personas que pueden donar, entonces a esa iglesia le importa poco el pecado de sus miembros y le importa poco también las consecuencias que deban pagar por su pecado. (61)
En el caso de la segunda parte, sobresale el capítulo seis, titulado La Iglesia y el movimiento de consejería de nuestros días.
El proceso de sanación como lo conocemos hoy mira hacia atrás; la santificación mira hacia delante. La terapia psicológica tiende a mirar hacia atrás y a buscar culpables para justificar o explicar el problema o el comportamiento de la persona. La santificación, más que mirar hacia atrás, mira hacia la cruz y nos ayuda a entender que todos somos culpables. Luego dirige nuestra mirada hacia la resurrección y una vez más nos ayuda a entender que Aquel que levantó al Hijo de entre los muertos es capaz de levantarnos de nuestro pasado y de nuestras heridas. (113)
En el caso de la tercera y cuarta parte del libro, los capítulos 10, La división: La plaga de la Iglesia, y 15, De ancianos y diáconos, fueron mis preferidos.
Pedimos a Dios que nos llene, pero queremos que eso ocurra sin ser vaciados de nosotros mismos. (199)
El hombre que no sabe escuchar a Dios, estará escuchándose a sí mismo continuamente y, cuando no, estará escuchando al pueblo antes que a Dios. (281)
Aprecio la humildad de Núñez al escribir acerca de un tema como éste siendo pastor de una iglesia tan influyente en Latinoamérica. El libro está plagado por referencias bíblicas, las cuales el autor expone manejando de forma precisa el texto. Otra característica que hace que la lectura sea efectiva, es el estilo estructurado del autor. Trabaja los temas de una forma profunda y aún simple. No es un libro para leer de forma casual y discontínua; requiere del debido tiempo en reflexión y oración, y un corazón dispuesto a ser transformado por la Palabra de Dios. Por último, vale la pena mencionar que los conceptos de arrepentimiento y santidad permean todo el contenido del libro. Concluyo dejándoles una cita que no compartí en las redes sociales, pero se constituye una de las que marcó mi corazón como líder:
La iglesia hoy en día no quiere lucir especial, distinta, santa, sino que quiere dar una apariencia de algo un tanto popular, ordinaria, similar al mundo, para sentirse aceptada por aquellos que la visitan, olvidando que al hacerlo, Dios le ha dejado de visitar. Y ahora el mundo frecuenta la iglesia a expensas de que Dios no le “frecuente” a ella. Pero como los visitantes pueden ser contados y Dios no es alguien que podamos contar como contamos el número de personas, entonces preferimos las estadísticas para medir qué tan bien estamos jugando a la iglesia. (81)
P. D. Miguel Núñez estará en Puerto Rico el fin de semana del 21-22 de febrero de 2014 como parte de los recursos de la conferencia del ministerio IX Marks en Puerto Rico, titulada Edificando iglesias saludables. Es gratuita y se llevará a cabo en la Iglesia del Centro en Arecibo. Para más información accese el siguiente enlace: http://es.9marks.org/conferencia-puerto-rico-2014