Sólo vivimos una vez, tanto temporal como eternamente. (En este punto podríamos entrar en un debate filosófico o teológico, pero espero que entienda mi punto.) Así que debemos ser muy felices, y esa felicidad se encuentra en Dios… Más bien, es Dios. Quizás en el momento no comprendemos lo que Él está haciendo. Somos como el niño sentado a los pies de su madre. Ésta teje algo hermoso, pero desde el punto de vista del niño sólo se ven nudos y garabatos. Tu punto de perspectiva no determina cuán bien o cuán mal Dios lo está haciendo. Pronto te mostrará su bordado y quedarás asombrado.
¡Muy hermoso! 😉